
Desde tiempos inmemorables el mar ha jugado un papel muy importante en la vida de vida de las civilizaciones, ya que permitió el desarrollo de rutas comerciales que permitían crear un enlace entre los centros de producción de mercancía y los mercados de consumo. De esta manera se lograron grandes descubrimientos no solo de territorios sino avances en tecnologías para poder navegar como la brújula, sextantes, cartografía, entre otros.
Gracias a los navegantes que se atrevieron a cruzar los mares fue posible en 1492 descubrir América, abriendo una puerta no solo al comercio sino a la integración de dos continentes que habían estado separados y que encontraron en el mar la posibilidad de acercar dos culturas, aunque no fuera de la mejor manera, pero que finalmente llevo al nacimiento de lo que hoy llamamos Colombia.
Resulta un poco difícil comprender porque a pesar de que nuestro país cuenta con el océano Pacifico y el mar Caribe, no ha realizado un avance significativo en normatividad referida a este tema, pues desde el decreto 2811 de 1974 se evidencia el poco interés puesto que de los 340 artículos de dicha norma, solo tres se dedican a la reglamentación ambiental de las aguas marítimas; igual situación ocurre en la Constitución Política de Colombia en donde se hace referencia al mar en solo tres artículos. Está idea se refuerza con la tardía suscripción de fronteras costeras, las cuales se suscribieron entre los años 80 y 90. Adicionalmente en la actualidad se observa que el país no ha desarrollado regímenes jurídicos adecuados que permitan el reconocimiento del territorio marino-costero como un área de especial importancia biológica, teniendo en cuenta la riqueza natural que existe en los océanos.
Es de recordar que esta parte del territorio nacional alberga según el Ministerio de Ambiente y desarrollo Sostenible 40 especies de mamíferos acuáticos, de los cuales 33 son especies marinas; 6 de las 7 especies de tortugas marinas del mundo, entre otras especies, adicionalmente se cuenta con una reserva de arrecife coralino el cual es un depósito de biodiversidad y permite la fijación de carbono mientras que produce oxígeno.
Teniendo en cuenta el valor del fondo marino, resulta difícil comprende porque el estado colombiano no ha a virado sus ojos hacia este ecosistema de tan vital importancia, pareciera que los legisladores cuando escuchan hablar del mar solo asocian este paraíso tropical a época de vacaciones, restándole importancia a la biodiversidad que allí habita y que merece una especial protección.
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